miércoles, 26 de diciembre de 2012

Un tanka entre los dientes






último en el ránking


se abre la puerta
y un viento frío trae
lejanas voces
    canciones que olvidaste
entre las mudas sábanas



HERNÁN SCHILLAGI


del libro La oscuridad de los ciruelos (inédito) 


4 comentarios:

Marisa Perez Alonso dijo...

Sencillamente ME GUSTÓ. Da la sensación de una historia completa en pocas palabras que funcionan con naturalidad y fluidez. Sé que conseguir esto en un tanka no improvisación, es talento. Pero me da mucha contradicción: que el viento trae voces y hay canciones entre las sábanas (lo contradictorio es que éstas sean mudas)
Saludos de vendaval

sergio dijo...

O la poesía al alcance de los oídos. No porque la canción que escucha ese “tú” sea muy poética. Puede incluso ser una canción de Miguel Mateos (lo tenía que decir ja), sino porque la inspiración llega de cualquier lugar y en el momento más impensado. Por ejemplo, cuando uno recoge la ropa de la soga y/o alambre (¿alguna vez vieron una soga en Mendoza? YO NO). Me gusta el recurso de correr el verso para que se note que es una frase parentética sin recurrir al signo. Lo demás muy sencillo y muy bello. Y muy conmovedor (ya parezco el muy polisindético Ariel Dorfman).

Ahora viene el sector cuelgue-personal del comment. De un tiempo a esta parte, muchas son las cosas que me llevan sin querer al pasado. Cosas que, como al tú del poema, se me olvidaron. Y de pronto aparecen o, mejor, me asaltan y no sé muy bien qué hacer con ellas, porque no tengo ganas de ser un viejo nostálgico (¿o no quiero ser viejo, lisa y llanamente?). Pero es al pedo. No puedo evitarlo: siento nostalgia.

Hernán Schillagi dijo...

Marisa: muchas gracias por tu "me gustó" onda facebook, jaja. Lo bueno es que después viene la reflexión y tu emoción compartida.

La contradicción es parte de la poesía y, mucho más, si esta es breve. Los recuerdos aparecen (en silencio o a los gritos) desde diferentes lugares. Recordarás la inolvidable "Ninguna":

Esta puerta se abrió para tu paso.
Este piano tembló con tu canción.
Esta mesa, este espejo y estos cuadros
guardan ecos del eco de tu voz...


Un abrazo tanguero y japonés.

Hernán Schillagi dijo...

Sergio: gracias por el triplete de comentarios de los últimos posteos. Me acuerdo que mi mamá me decía: "Andá al alambre a ver si se te secó el jean", jaja.

Igual, yo inventé un engendro: "el cable" para tender la ropa. El alambre, lamento decirte, se oxida y mancha.

En este librito de tankas, tomé el recurso del espaciado para reemplazar signos de puntuación. Se dio casi por necesidad (algo de estética también), ya que en un campo tan escueto como los 5 versos del tanka japonés, me costaba crear "mi" musicalidad de verso libre en las 5-7-5-7-7. Ojalá no se note forzado.

Ah, lo de Miguel Mateos: "Dímelo en la calle" ;-)