sábado, 29 de enero de 2011

De los portones al Arco, Sexta entrega


Sexta entrega:


Mano a mano


Los del Gordini verde están en ronda. Uno de ellos se encuentra lastimado. La mano derecha del conductor sangra y todavía debe tener alguna astilla de vidrio clavada. Todos visten de gaucho y cada uno sostiene un instrumento. Un bombo, un charango. La guitarra no aparece. Muy poco cuyano el grupo, pero en fin.

Los cosechadores suben al camión y le dan a entender a Juano que no lo haga. «Para evitar problemas con el patrón», le explican. Luego se acerca a los del auto y les pregunta cómo están. Allí se entera que el de la mano sangrante es el guitarrista, que iban para una fiesta en Beltrán y que, ahora así, no van a poder tocar.

—Yo puedo ayudarlos, como en «Volver al futuro», dice sonriendo Juano.

Entonces les explica que él, cuando chico, fue dos meses a guitarra y que sólo aprendió el rasguido de folklore y de los valsecitos peruanos.

—Y si me llevan con ustedes a la fiesta. Juano abre los ojos como unos incompletos puntos suspensivos.

Por lo tanto, Juano pondría la mano sana que faltaba para hacer ejecutar las posiciones que el guitarrista haría con la izquierda.

Ponen en marcha el Gordini y a los gruñidos comienza a avanzar.

—Es un milagro que haya arrancado, dice el del bombo.
—No hay nada más fiel en esta vida que un auto viejo, responde Juano.

Entonces comienza a contar la historia del Ami 8 y en su cabeza las verdes chapas del Gordini se van tornando amarillas, como si todo el otoño se hubiera posado de pronto en el camino; mientras una voz desde un futuro desconocido le sopla ventarrones diciendo: «Vamos, vamos, Juano, vamos».



Soundtrack: Johnny B. Goode, por Marty McFly & The Starlighters 


6 comentarios:

Proyecto María Castaña dijo...

La idea de tocar la guitarra a dos manos, es genial. Aunque me cuesta visualizar cómo se presentarían ante el público sin generar la sorpresa del mismo. Qué tendrían que explicarle a los asistentes llegado el caso.

Me vuelve a hacer ruido lo mismo que en el otro capítulo: Juano contándole a los músicos la historia del AMI 8... es innecesario que hable tanto; a esta altura está más locuaz que el Quijote. Fijate, es raro que alguien, por más personaje literario que sea, se ponga en tren de confidencias con desconocidos.
Me encanta cuando ponés en boca de Juano afirmaciones algo caprichosas pero con un viso de verdad: "No hay nada más fiel en esta vida que un auto viejo". Una pizca de reflexión se agradece.

Proyecto María Castaña dijo...

Posdata: ¿Fuiste al cine para festejar el 25º aniversario del estreno?
¡Podés creer que no me acuerdo si la fui a ver al cine en su estreno original!

sergio dijo...

me encantó el capitulo.
me recuerda a cuando mi hermano aprendía guitarra y hacía mil y una veces el mismo ritmo.
en cuanto a lo que dice paula, no estoy de acuerdo. juano es charleta y tiene ganas de que todos sepan por qué anda por donde anda. y me gustó el modo en el que lo resolvió: contándonos que les contó la historia pero no la repitió.

Hernán Schillagi dijo...

Paula: en cuanto a los diálogos, comparto en algo lo que decís, pero repito las excusas. Trato de evitar al máximo los diálogos directos; ya que, en la brevedad de las entregas, se imponen ante el relato. Trato de equilibrarlo con el indirecto y los pensamientos. Pero como digo, "trato".

Así y todo, Juano va cambiando de a poco con el viaje. La nube negra que lo tenía casi enmudecido al comienzo, se va disipando al encontrarse con personas con las que nunca había interactuado. No por nada es vendedor "ambulante" que "pregona" a viva voz lo que tiene para ofrecer.

Pero no me gusta hacer (sobre)análisis (sobre)interpretativo de lo que yo mismo escribo. Queda medio petulante de mi parte. Eso sí, me encanta charlar sobre la obra y sus engranajes.

Vuelvo a agradecer(te)

Hernán Schillagi dijo...

Ah, Paula: yo sí me acuerdo. Fui a ver el estreno en el Monumental de San Martín de "Volver al futuro 2" y casi me muero cuando un rayo hace otra vez desaparecer el auto y lo manda al Doc Brown al viejo Oeste en 1885. Iba a tener que esperar un par de años para saber su suerte.

Sobre este tema está bueno lo que publica un periodista en la última Ñ: que el reestreno de "Volver al futuro" invita a retomar el antiguo ritual de ir al cine físicamente y compartir (empáticamente) con cientos de personas al mismo tiempo las emociones. Propone que se genera un clima irrepetible en otros ámbitos. Muy interesante (y nostálgico).

Hernán Schillagi dijo...

Sergio: gracias!!! Si habré torturado a mis familiares y amigos con los dos acordes y el rasguido de "La vestido celeste".

No quiero repetir lo que escribí más arriba, pero veo que estamos de acuerdo. En cuanto a mí, también habla de mis limitaciones como narrador.

Es como si fuéramos buzos con distinta cantidad de oxígeno para explorar. A mí me encanta llegar hasta el límite del último suspiro, pero otros tendrán pulmones más aguantadores, no sé.

Un abrazo grande.