sábado, 19 de febrero de 2011

De los Portones al Arco, séptima entrega


Séptima entrega:


La otra fiesta


El Gordini llega a los bocinazos, y a los de la fiesta les hace recordar los gritos del chancho que acaban de matar para el almuerzo. Juano no ha tenido tiempo de ensayar, ya que en el auto venían más que apretados.

El padre de la novia los recibe con un vaso de tinto a cada uno. «Para que las cuecas les salgan más alegres», dice el hombre. Pero la alegría realmente se completa cuando aparecen unas empanadas recién sacadas del horno.

—Ahí llegan los novios, grita uno.

Así que Juano se encarama por sobre la espalda del guitarrista lastimado y comienzan a tocar a dúo. El novio mira extrañado al padrino como preguntándole quién es ese músico monstruoso de cuatro brazos, pero no hay respuesta posible.

En la mitad del Blanca y radiante, un Chevy negro con dos llamaradas naranjas ploteadas a los costados irrumpe en la fiesta a toda velocidad. Se abren las cuatro puertas al mismo tiempo y cuatro caños se asoman amenazantes. Los gritos de las mujeres no dejan escuchar bien si esto es un asalto o un acto de fanfarronería. Pero Juano sale de toda duda cuando uno de los hombres encapuchados le saca de un manotazo el reloj al novio.

—No te vayás a hacer el vivo, Camacho, le dice el ladrón.

«Y yo que quería vender tabletas en la otra fiesta», se lamenta entre dientes Juano. En un momento, uno de los ladrones toma del cuello a la novia y le apunta.

—Ahora nos vamos -dice el asaltante-; si alguien nos sigue o avisan a la policía, la quemamos a ella.

Hay veces que una oportunidad se parece al peligro. Hay veces que a un hombre apenas le queda ir para adelante. Hay veces que las palabras se disparan como una bengala en pleno día.

—Señores, yo también voy con ustedes.
—¿Y de qué nos vas a servir vos? Dice el de la capucha.
—Con dos rehenes se puede siempre ganar más tiempo. Explica Juano, mientras piensa que la única salida que tienen es por San Luis.
—Pero vas a ir en el baúl, por huevón.

Hay veces, también, que un hombre debe pensarlo dos veces antes de querer ser el héroe de la fiesta.




Soundtrack: La novia, por Antonio Prieto 

2 comentarios:

Proyecto Maria Castaña dijo...

No tengo nada que decir, me gustó. Encontré ese tono y ese ritmo que en los dos anteriores diluía un poco la chachara de Juano. Además, el final, lleno de humor y ligereza, es el más logrado de los capítulos hasta ahora presentados. Buenísimo el uso anafórico de "Hay veces...", en particular en la frase de remate.
Nunca mejor empleado el "huevón". Diez veces "huevón" este Juano.
¿Qué irá a pasar con la novia? Hum... ¿seguirá blanca y radiante como canta Prieto?

Hernán Schillagi dijo...

Paula: gracias por tu alentador comentario. Me tranquiliza, ya que por las mismas cosas que ponderás yo lo veía un poco "sequito" al capítulo. Son esos episodios necesarios en la narración de una road movie para que avance. Un poco de acción, tiros, persecución. Aunque sabemos que en la historia de Juano, todo tiene un costado de farsa, engaño y fantochería.

Nos vemos mañana con la "entrega octava" donde se sabrá qué pasa con la novia de Camacho.