sábado, 15 de diciembre de 2018

Un poema para tomar mate




balada rosa


ahí la tenés a mi mamá hace treinta años
con su hermana y el mate calabaza
como un amplificador de las voces
que van que vienen desde el pasado
hasta una rabiosa mañana de este siglo
en que las palabras pasan con edulcorante
el pesado recuerdo de ese nene que escucha
detrás de la puerta cómo se despabila
un sueño familiar cómo se le revela
un secreto o dos «a veces mi marido»
aunque la puerta y su fría madera
son una sordina para esta balada rosa
que se interrumpe «mi suegra
no sabés lo que me dijo» entonces
los archivos se abren dañados
porque no hay información
que no sea una advertencia
cuando una madre toma mate
con su hermana y distraída quizás
ceba en la cabeza de su hijo
un futuro sin dolor ni sufrimiento


HERNÁN SCHILLAGI, de «Castillos sonoros» (inédito)