lunes, 27 de febrero de 2012

Libélulas en el living



En menos de una semana, tres libélulas entraron sin permiso por la ventana del living. Pequeños helicópteros revoloteando sobre la mesa, la heladera y el televisor.

Susto, asco (no dejan de ser bichos e invertebrados como una polilla o una cucaracha), pero también admiración. Leo:

Ted Hughes: «la libélula, con gritos entre bastidores, reaparece liviana…» (Poemas de animales)
Anahí Mallol: «Una libélula de las rojas/ con la punta de la cola/ turquesa/ como un navajo…» (Zoo)

Tarareo:

«Es una libélula/ es un anatema/ está en diccionario…» (Antonio Birabent, Azar)

Busco en el diccionario, entonces:

«Insecto del orden de los Odonatos, de cuerpo largo, esbelto y de colores llamativos, con ojos muy grandes, antenas cortas y dos pares de alas reticulares, que mantiene horizontales cuando se posa» (DRAE).

Finalmente recuerdo: ¿las libélulas no están en lagos, charcos grandes y zonas pantanosas?

Poesía, música, la Real Academia y el saber de mundo no pueden explicarme qué hacen tantos bichos extraños en el desierto mendocino. Una laguna crece en mi mente y ya siento los aleteos muy cerca.

martes, 21 de febrero de 2012

Todos los poetas atrasan



Elevó la birome como una espada e hirió de pasado toda la música escondida en ese cassette. Vueltas y vueltas para agotar la mano antes que las pilas. Luego se puso a escribir un poema, pero las palabras estaban mareadas y no querían salir a bailar ya con nadie más.


HERNÁN SCHILLAGI

lunes, 6 de febrero de 2012

Un poema para abrir la boca



lengua suelta


como una arcilla que cubre el recuerdo
para que la forma sea la esperada y no
la real así tocan tus manos un golpe
feroz que cicatriza para afuera y quiere
ser una disculpa del futuro
y del descuido

como una pastilla debajo de la lengua
para que el efecto llegue al torrente sanguíneo
con la velocidad de la luz así entra tu palabra
en mi cuerpo un rayo que avisa y hiere
al mismo tiempo en el mismo lugar
en el mismo silencio
y lo libera


HERNÁN SCHILLAGI