lunes, 24 de agosto de 2009

treinta y monedas




Ni orientales ni son mejores ni la edad de otro. Esta semana los cumplo y punto:



treinta y monedas


pocas sí pero ya empiezan a pesar

como un lunes temprano sin buscapinas

porque nunca me avisaron no

que un zonda trapero iba a pasar un agosto

a levantar las primeras chapas

a clavar sus uñas de tierra bajo mis ojos

y llevarse los frescos duraznos de la veintena

a 10 pesos el cajón


tampoco fueron culo de decirme

por qué las muelas no vuelven a crecer

ni que el talle 46 lo usaba también mi abuelo

ni cómo es que la barba rala sin piedad

me convirtió de yuppie italiano en un mendigo

de canas irrespetuosas


para todo sin embargo hay venganza

porque la soberbia es la cara oculta

de la moneda de los años

es por eso que en el trueque de la vanidades

me esforzaré con malicia capital

para cambiar cada uno de los 365 días

en milagros pasión peces y pan

para que dentro de un tiempo

cuando alguien cumpla los 33

le digan «ah cumplís la edad de hernán»


15 comentarios:

Pablo Colombi dijo...

Hernán, para saludarte, digo lo que a menudo repito (feo síntoma, ya sé, pero va con el tema de aquí):"Una mujer es tan vieja como se ve. Un hombre, en cambio, es tan viejo como se siente" (Somerset Maugham). Y que tus ninfas hoy te mimem mucho.

Hernán Schillagi dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
Hernán Schillagi dijo...

Pablo: bienvenido a esta ciudad y a todos sus deseos. Gracias por el saludo. Recuerdo que eras de los lectores más entusiastas y comentadores más filosos del antiguo Quebrantapájaros.

Veo que entraste con los tapones de punta. Que no se diga que tenés razón, jaja. Creo que los "disgustos" que las mujeres nos hacen llevar nos envejecen por dentro, y es por eso que nos morimos antes, pero bellos y jóvenes.

Si no, está la propuesta que hago en el poema: la soberbia. La vigente Mirtha Legrand me da la razón.

sergio dijo...

Digamos que el otro “treintaitresañero” famoso, corría con la ventajas de la filiación. ¡Con semejante padre…! (Igual, a este muchacho no le duró mucho. Roguemos que ud llegue a los 34)

Pero yo confío en que ud, con su soberbia y su talento, este año marcará un hito, sino universal, al menos entre nosotros, los que lo queremos. Para que con el correr de los años, al recordar este trayecto entre 2009 y 2010, digamos“¿te acordás de lo geniales que fueron los 33 del Hernán?”

Hernán Schillagi dijo...

Sergio: y sí, el amigo en cuestión no tenía "apellido", pero portaba filiación grossa, grossa.

Ojalá llegue a los 34 y un poco más. Mi plan es cumplir años y que, al menos, los otros no se den cuenta. Espero que muchas cosas de "mis geniales 33" las pasemos juntos.

Escribir, coleccionar, vivir dijo...

Muy divertido el poema, está bueno y demuestra que tenés un gran sentido del humor para tomarte el pelo, bah, el poco pelo que te va quedando.
Al releerlo, reflexiono: ¿a dónde van las chapas, las muelas, la tonicidad muscular, "el aguante" estomacal? ¿A qué remoto planeta de la juventud perdida?

Hernán, ¿qué es eso de "los disgustos"? ¡Por favor! El eterno dolor de cabeza siempre fue la imagen de un hombre complicándole la vida a una mina -o varias-. Y si ustedes estiran la pata antes, querido, es SIEMPRE por factores exógenos a la convivencia con sus devotas mujeres.

Unknown dijo...

Paula: ¿espicharemos antes los hombres porque somos de peor calidad que las mujeres? Olemos peor, perdemos el pelo, somos básicos físicamente. Ustedes son como un auto 0 km. full: buen olor, cabellos eternos (tintura mediante), y MULTIORGÁSMICAS (al menos esa posibilidad está en el género), aunque es cierto que sin nosotros están perdidas ;-)

Amiga, todo queda en este planeta; pero en los recuerdos de los años lozanos.

Escribir, coleccionar, vivir dijo...

Ustedes huelen hermoso, debajo de los apestosos desodorantes y colonias que el mercado les inventa, hay una piel que -cuando no está chivada, obviamente- tiene un olor a macho primigenio... la verdá, me caliento de solo pensarlo.

Sobre"estar perdidas", se puede vivir dignamente sin hombres, es una vida más berreta, pero vida al fin. Hacé el análisis sociológico por un barrio: ¿cuántas viudas/separadas/divorciadas/solteras encontrás temprano barriendo su vereda? Decenas. ¿Cuántos ídem masculinos? No hay. Las mujeres estamos mejor adaptadas para vivir solas, los hombres no pueden estar mucho tiempo sin nuestra contención (llamalo Edipo mal resuelto, si querés)... y no sigo porque todo lo que estoy diciendo es una verdad de perogrullo.

Hernán Schillagi dijo...

"La flor de mi secreto" dixit: "las mujeres cuando estamos solas, como cuando enviudamos o nos deja el marido que es lo mismo, andamos como vaca sin cencerro." Algo así le dice la madre (ciega de tan sabia) a su "seducida y abandonada" hija, Leo Macías.

Pero me parece que la cosa es recíproca. Yo he vivido -por suerte- siempre rodeado de féminas. Porque me crié entre vecinas y primas, porque elegí una carrera donde hay un hombre cada 50 chicas, porque la familia que formé tiene el 66% de "nenitas", porque es una gloria tener amigas mujeres y no hacerse el "langa" con ellas. Veo que los 33 me están sentando muy bien, jaja!

Escribir, coleccionar, vivir dijo...

Es cierta la frase, "vaca sin cencerro", perdemos algo de brillo, de música sin un hombre, nada más. Eso no quita que produzcamos y sigamos dando buena leche. Hasta las más vulnerables -como yo, por ejemplo- salimos adelante. Un hombre viudo, separado se vuelve en 24 hs. el toro más apestoso de la estancia, a pesar de eso, como las vacas somos tan buenas, siempre hay alguna que le hace una caidita de ojo al despojo de animal abandonado y sale de nuevo de su corta soledad. (Ah, la vaca madre siempre es un seguro plan B y no es invento tanguero).

Unknown dijo...

Querido Hernán:
No te apenes por los años. A las personas de espíritu fuerte ni se le notan. Podrán pasar los años pero... sólo eso. Mirá que te lo digo yo que "tengo la edad de Hernán".
La edad es lo de menos cuando en la vida hay tantas cosas para disfrutar.
Un abrazo enorme. Gracias amigo por deleitarnos con este manantial de palabras.

Unknown dijo...

No ´sé por qué aparece el nombre de mi hemana, pero sabés que soy Elena

Hernán Schillagi dijo...

Querida Elena: obvio que me di cuenta que eras vos, no porque tu hermana Mónica no sea capaz de escribir por aquí, sino porque seguro que no te diste cuenta que estaba activada la contraseña de ella, jaja.

Gracias por el aliento a la edad cumplida, pero no completada. Nuestros 33 son todavía muy jóvenes; y los 40 suenan tan lejanos, de gente extraña.

También te mandé el mail para que leyeras sobre la "celebración de la amistad" del último post, pero como sos buena amiga (y compañera) me saludaste antes por mi cumple.

Gracias!

Fragaria Vesca dijo...

Lo saludé cuando era oportuno en su casilla de mail, lo saludo a destiempo en este comment. Le diré que su edad me gusta mucho. Tanto, que unas semanas le copio y cumplo lo mismo, para no quedarme "fuera de onda".

Ya nos traicionó la decadencia física, mas, ¿quién se atrevería a crucificarnos por ser así de auténticos? (Auténticos decadentes, se entiende. :P)

Hernán Schillagi dijo...

Fragaria: cuánto me he reído y gratificado con su comentario. Somos "decadentes", pero a la francesa, como Baudelaire.

La curva del tiempo hará justicia, y los soberbios 33 la esperan con uñas y dientes afilados. Así es "la edad de Hernán", amiga ;-)