jueves, 7 de marzo de 2019

Diez subrayados sobre lectura y escritura


1/Ser «lector» solamente, posibilitó durante años que las maravillosas andanzas y los mundos de otros atravesaran mi ingenuidad y me trastornaran la mirada para siempre. Lo dicho, leer es uno de esos superpoderes que ningún héroe de cómic mostraría con orgullo.
2/La niñez se vive con una intensidad única, por lo tanto cada una de las experiencias puede ser revisitada por el escritor e intentar alterarlas a su conveniencia.
3/El que ha sido completamente feliz en su infancia, muy difícilmente sea poeta luego. Se escribe para cauterizar lo imposible.
4/Releer libros es contemplar el reverso de la realidad, bucear hasta el fondo para volver a descubrir cómo y por qué flota la forma. Porque la literatura es pretérito que se justifica en el futuro.
5/Escribir como un acto infame, pero con uno mismo. Volver y revisitar pedazos de un naufragio que solo nosotros pudimos salvar, aunque ni lo intentamos. Escribir, sí, palpando las astillas para que el dolor de lo informe sea virtud.
6/A veces fantaseamos con que el encuentro entre las palabras, ciertos encabalgamientos sorprendentes y algunas acrobacias verbales son producto de lo fortuito, pero no. Se originan a través de una estructura previa tan lúcida como invisible al momento de escribirla.
7/Hacer que un grupo lea obligatoria y necesariamente la misma obra en simultáneo, significa tomar el desafío de enfrentarla con diferentes, embrolladas, inquietantes y temerosas miradas. En fin, una diversión impuesta de las que no se olvidan.
8/No hay arrobamiento en la poesía ni arranques de inspiración, hay un arduo trabajo, una lucha racional con el lenguaje, tanto interno como también externo y que deja un espacio para que el azar se motive y se dispare. Porque es sabido, lo que logra escribirse en un papel es únicamente la sombra, o el eco de lo que nos habíamos imaginado.
9/Esto no es lo que quiero escribir, sino lo que el idioma me permite. La pretensión de sonar «natural» es un juego tan válido como infantil: me lo creo hasta que el otro sentencia: «No quiero jugar más». Es decir, la primera ficción es la lengua.
10/La literatura y sus consecuencias, entonces. Para dejar una huella en la tierra del papel hay que lastimar, abrir un tajo exhibicionista y pasar sin piedad como el arado.

HERNÁN SCHILLAGI, fragmentos del libro de ensayos «La escritura convulsa» (inédito).

No hay comentarios: