lunes, 22 de octubre de 2018

Palabras para Gloria



¿Saga familiar?, ¿novela de aprendizaje?, ¿novela policial?, ¿novela pop?, ¿autobiografía velada?, ¿narración enmarcada? En apretadas 108 páginas, la narración que ofrece el autor a sus lectores tiene aditamentos de todas las clasificaciones enumeradas que, como un alquimista, ha sabido pasar por el alambique de su estilo conciso, transparente y libre de golpes bajos y sentimentalismos a pesar de que la argamasa de su texto está constituida por recuerdos propios ficcionalizados.

Hay quienes dicen que el mejor modo de salir de un laberinto es hacia arriba. Schillagi escapa de la madeja familiar y de sus redes afectivas, contradictorias pero firmes, de manera descarnada. El objetivo es documentar un rencor. Paradójicamente, toda la novela lo llevará al otro extremo del arco donde la reconciliación es posible a través de la palabra y la memoria.

Por supuesto, Hernán es otro. Es Franco. Un niño que se parece muchísimo al primero, pero vive su propia historia de papel en la que el autor ha editado su infancia a la manera de un niño: exagerando, mintiendo un poco e inventando lo suficiente para crear personajes muy singulares: Gloria, el Negro, Antonio; personajes, repito, que viven situaciones límite en el marco de la cotidianidad cansina de un pueblo y una finca.

PAULA SEUFFERHELD, 20/10/2018. Presentación de "Los cuadernos de Gloria", de Hernán Schillagi, Feria del Libro de Mendoza 2018.

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