miércoles, 15 de agosto de 2018

Sálvate, Marty



Caminaba por Patricias Mendocinas de Ciudad, me sonó una notificación y, mientras sacaba el teléfono del bolsillo, una mujer me preguntó la hora. Miré la pantalla y tardé dos segundos más de lo que correspondía. Motivos: eran las 9.41. No sabía si ser preciso, o decirle "Son las diez menos veinte", o redondear para abajo. Opté por la imprecisión: "Son las 9.40". Pero lo que de verdad hizo que me detuviera en seco y que, por un rato, no me salieran las palabras; fue que creí anonadado que estaba ante una viajera del tiempo. ¿Qué otra persona, por lo tanto, enfrenta las calles del siglo XXI sin un celular? Podría entrar en detalles de tipo social y político. Cambios. Hoy vas entrar en mi pasado, decía el tango.

HERNÁN SCHILLAGI

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