jueves, 2 de mayo de 2013

Un poema para los días húmedos






tormento eléctrico


ella cree presentir la lluvia
hay mañanas en que no bien traspasa
la galería y baja los dos escalones hacia la huerta
la humedad de la tierra se le sube por los pies
le recorre el blanco de las piernas
por debajo de la falda
se arremolina en su vientre
y provoca que se le erice
todo el vello que la cubre

así con el cuerpo en estado de alerta
enfrenta la jornada

«tal vez llueva un poco a la tarde» pronostica
aunque por las dudas va a conectar la manguera
pero sus manos ya no tienen la fuerza
suficiente para presionar en la boca del surtidor
cuando abre el paso del agua ella comprueba
que las pinchaduras se multiplican
a lo largo de toda esa lombriz plástica una lluvia
al ras del suelo se ha adelantado en su patio

no siempre llueve igual de noche que de día
el agua que cae desde la oscuridad
cuenta con la complicidad del que vela
entonces cada gota es un secreto
que se aplasta y mezcla con la tierra
de sus deseos ella sabe bien
qué hacer con ese barro

por eso enfrenta las palmas enlodadas
y empieza a frotarlas
y hace círculos concéntricos
las figuras sí no tardan en llegar
son trozos de la memoria que aparecen
informes luego pequeñas esferas
para que al final los dedos moldeen
a su capricho cada momento del pasado

«un hijo los libros y todas las ventanas
a punto de abrirse»

la atmósfera ahora se carga de iones
hay un cúmulo oscuro sobre su cabeza
miles de gotas se suman al riego y ella
que cree presentir la desgracia comprende
que en su cultivo algo sin retorno
se va a comenzar a pudrir 


HERNÁN SCHILLAGI

2 comentarios:

Escribir, coleccionar, vivir dijo...

De pronto la lluvia como marco para un balance existencial, ese barro que moldea la protagonista en las palmas enlodadas, esas figuras que brotan de sus manos para corporizar lo invisible, lo íntimo: un recuerdo, un arrepentimiento, un hijo, los libros y todas las ventanas a punto de abrirse... ¿al desastre?, ¿a la novedad?, ¿a la aventura? Quién sabe. A quién le importa. El personaje está a punto de saltar, la atmósfera carga tintas húmedas de nuevo y este poema es la foto previa. No me digás en qué -aunque es fácil inferirlo- pero me sentí bastante identificada.

Hernán Schillagi dijo...

Paula: muchas gracias por tus palabras cargadas de lluvia (como las maletas de Sabina).

A veces un personaje en un poema puede hablar más de los lectores que un poema "puro". Al menos eso intento en este poema.