martes, 6 de marzo de 2012

Un poema para olvidar



solo para emergencias


tu asiento bien podría ser
un simulador de vuelo pero no

vas en línea recta con los demás pasajeros
el corazón a los saltos por cada bache
badén lomo de burro y frenadas sin aviso
que logran mezclar la materia luminosa de tus sueños
con las sombras de la realidad

hace cuarenta minutos que sos parte
de una cápsula metálica que atraviesa fugaz
las entrañas del suburbio el chofer
prende la radio y es agua que cae de los parlantes
y te salpica «mis manos ya son de barro
de tanto apretar el dolor» entonces
te das cuenta de que nunca vas a llegar a tiempo
cuenta de que es imposible dejar al olvido
en alguna parada hacerle una promesa fácil
y seguir solo como si una emergencia
en la mitad de la noche
justificara toda cobarde fuga



HERNÁN SCHILLAGI

6 comentarios:

Palabras como nubes dijo...

Che, esto me encantó, muy bueno el recurso de un viaje en bondi como aparente tema principal.

Abrazo
J&R

Hernán Schillagi dijo...

J&R: muchas gracias por el aliento y la lectura sobre ruedas. Es todo un tópico esto de los colectivos. Puntualmente me atrae mucho. Hay algo de efímero y de complicidad en un micro que no puede reproducirse en otro lugar (en movimiento).

Fernando G. Toledo dijo...

La verdad que si el chofer me pone Zamba para olvidar me quedo en el micro y no me bajo más.

Hernán Schillagi dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
Hernán Schillagi dijo...

Fernando: ayer, cuando iba a Mendoza en el Directo para encontrarme con vos, el chofer puso todo lo último en reggeatón y música electropop. Abrás visto que llegué a tiempo y corriendo a la reunión ;-)

Gracias por comentar. Es un aliento para "no" olvidar.

sergio dijo...

Es precioso este poema. Empezando por la idea del “simulador de vuelo pero no”. (Pero no: estás aquí y tenés que atravesar esta situación, carajo). Siguiendo por esa mezcla de la materia luminosa de los sueños con las sombras de la realidad (Qué bueno cuando es a la inversa, cuando los sueños son sombríos y la realidad es una carne luminosa!!! Ja). Y luego la pericia con que hunde otro texto en las entrañas del suyo.
Lo que sí no entiendo es por qué sería tan bueno dejar al olvido en un rincón ignoto. Yo, por el contrario, creo que en el plano individual el olvido es un santo remedio. Y lo creo pese a no practicarlo mucho, porque suelo recordar todo. O casi. Sabe en una primera lectura pensé que lo que el yo quería dejar el dolor y me parecía más sensato.
Seguro que merece que lo siga releyendo…