sábado, 12 de febrero de 2011

Abanico literario


Familia de tres. Por lo tanto, en los viajes en micro me toca siempre ir solo o con un pasajero desconocido.

Voy del lado del pasillo. Mar del Plata ha quedado apenas en la memoria de mi cámara y en los alfajores y los libros que traigo de regalo. Me llama la atención que la chica que esta vez viaja a mi lado no se aturda el cerebro con el i-pod o el celular. Lee A sangre fría de Truman Capote y tiene otro libro en su regazo que, me parece, es de Cortázar.

De pronto cambia de libro y, sin aviso, se apaga el aire acondicionado. El sol del atardecer en la Pampa pega sin interrupciones del lado de la ventanilla. La chica lectora comienza a abanicarse con Julio Cortázar. «No se aguanta el calor», me dice.

Pizpeo el libro y alcanzo a leer en la tapa su título. Entonces le señalo la voluminosa novela de Capote y le digo sonriente:

—Es que para que te dé un aire más fresco, deberías abanicarte con A sangre fría y no con Todos los fuegos el fuego.

7 comentarios:

Proyecto María Castaña dijo...

Lindo microrrelato con final antitético. Es redondo, salvo la palabra pizpeo... Su empleo es tan antiguo. Mi nona me decía: "deja de pizpear por la ventana". Pero te entiendo cuando usás estos giros porque tanto vos como yo tenemos cierta fascinación por lo retro en cuanto al lenguaje, la música, la TV, el cine.

POSDATA: No hay nada más "rojo" que A sangre fría.

Hernán Schillagi dijo...

Paula: gracias por lo de microrrelato, pero es una anécdota real que me pasó en el micro de vuelta de Mardel. Nada de ficción.

Yo uso "pizpear" de toda la vida. Para mí es una palabra actualísima y por eso la puse. Me parece irreempazable.

Sobre el mirar voyeristamente que lee el de al lado, en el micro, en la playa o en una plaza me encanta. Este verano me cansé de ver turistas con best sellers, pero hubo uno que tenía un libro grosso de filosofía de la editorial "El zorzal", y no pude saber el título ni el autor. "Si alguien sabe de él,le ruego información,cien mil o un millón yo pagaré..."

Fragaria Vesca dijo...

Tus anécdotas siempre me arrancan sonrisas. Muero por saber qué cara puso la interlocutora ante tu oportuno juego de palabras.

Hernán Schillagi dijo...

Fragaria: gracias por las sonrisas arrancadas, aunque seguro que dejaron algunas raíces.

Te cuento que la chica, por suerte y a pesar del sofocón, se sonrió alegremente.

Luego volvió el aire acondicionado y pusieron la última de Adrián Suar y seguimos el largo viaje ;-)

Proyecto Maria Castaña dijo...

En mi viaje de vuelta del sur también pusieron la última de Suar... Te digo, "palmé" inmediatamente. Ah, el verbo "palmar" es actualísimo en mi vocabulario, ja, ja.

Hernán Schillagi dijo...

Paula: si le tenías un poco de paciencia, la peli es una comedia amable y divertida. Tengo cierta debilidad por las limitaciones de Suar como actor. Mueve un dedo y me causa gracia. Sumado que me pasa lo mismo con Florencia Bertotti.

¿Derrapé? ¿O ya palmaste?

Proyecto Maria Castaña dijo...

Tu debilidad, en mi caso, es fastidio profundo. A Florencia la banco... por ella llegué hasta donde conoce a los abuelos, casi a la mitad, un record de aguantar a Suar.