domingo, 13 de junio de 2010

Milonga de Pereyra




Traiga cuentos el teclado
de cuando en Google buscaba
cantos del pop y de Abba,
de auriculares y un cíber;
éste es otro Boca y River
que empieza cuando se acaba.

Venga la historia de ser
un treintañero sin dueño
que arruga sin fe su ceño
frente a un monitor, un mouse
y como en un vals de Strauss
busca en videos un sueño.

Velay, además, la historia
de catorce adolescentes
que juegan en red sus mentes,
sus oídos e ilusiones;
y disparan a montones
un tiroteo inconsciente.

Suele hasta un blogger perder
la paciencia en este viaje
virtual, sin un equipaje
que ayude en esta contienda,
y desde el acné comprenda
un quinceañero sin traje.

Cuando este guapo Pereyra,
cansado del “no” sin “sí”
miraba a Julie Delpy
cantando al atardecer,
le gritaron sin temer:
"callate vo’ no existí".

Con demora y sin apuro
el guapo presionó pausa,
mas ser suicida con causa
no abulta la valentía
pensó: "la con… de tu tía,
el que se va, se encauza".

Así conté la verdad
veloz como un microbit
que sin la onda de David
hiere sin piedra a Goliat.


En la persona de Sergio, para todos mis amigos escritores que acuden a un monitor como una brújula. Feliz día y sigan escribiendo.

8 comentarios:

Hernán Schillagi dijo...

No está demás aclarar que la "música de fondo" es de la "Milonga de dos hermanos", de Jorge L. Borges.

Cecilia Restiffo dijo...

Que buen texto, sobre todo creo que pinta al aludido de cuerpo entero.
Además, qué difícil es luchar contra el ruido de los quinceañeros no sólo por la batahola, sino por la envidia que genera tan lozana juventud!!!

Hernán Schillagi dijo...

Cecilia: sí, para estar a tono mundialista, los adolescentes que juegan, bufan, rechiflan y gritan en red vendrían a ser las vuvuzelas de los cíbers. ¡No te dejan pensar!

Por otro lado, uno destila el veneno de la senectud.

El guapo Pereyra aún les hace frente con una sonrisa, pero sé que tiene sus métodos para comentar en un blog y navegar en la web mientras los disparos virtuales le rozan los anteojos.

Anónimo dijo...

Sergio, siempre logra estar en su planeta...Con quinceañeros alrededor, en medio de cuerpos sudando...en la vida...Estar y no estar en el mundo...Sin duda, buscando encauzarse...

Hernán Schillagi dijo...

Anónimo/a: el planeta de Sergio juega con las palabras y sin red. Ser o no ser, estar o no estar, el cauce y el desborde. Todo en el mismo mundo.

sergio dijo...

Amigo:

Primero la parte seria: la verdad es que me siento muy halagado de haber sido elegido como motivo de un poema y a la vez como intermediario para saludar al resto de sus amigos escritores. Ergo, se lo agradezco.

Ahora la parte bufa: lo que me he reído el en cíber mientras leía la historia del Pereyra este, que disfruta de la música pop, de Julie Delpy y que pierde la calma con los chicos que gritan como si estuvieran en la cancha. No sabe lo que hubiera disfrutado de sacar su facón (si lo tuviera) para amenazar (se sabe que es un hombre de paz, que no soporta la sangre) a alguno de estos energúmenos que pierden la calma cuando pierden un partido de fútbol (virtual, se entiende).

Se veras me hubiera gustado escribir una respuesta en verso, pero se sabe que su sordera le ha limitado esa posibilidad.

Un abrazo.

sergio dijo...

De veras le hubiera...

Hernán Schillagi dijo...

Sergio:

1° parte: de nada, amigo. Tal vez es una parte de lo que puede uno agradecer las charlas sobre poesía, las lecturas recomendadas y las reflexiones sobre la escritura.

2° parte: no sabe Ud. ni el guapo Pereyra lo que me he reído yo al escribir esta milonga virtual. Pero es cierto, durante más de 8 años fui ciberámbulo y padecí lo mismo que el guapo en cuestión: tiroteos, insultos cruzados, teclados maltratados y endurecidos por los golpes/patadas futboleras. Allí forjé una paciencia a prueba del Doom y el FIFA 2006.

Como Pereyra es un hombre de acción es lógico que no se distraiga en cuestiones de rimas y esté esperando aún que se cargue el vals de Julie Delpy, jaja.