sábado, 14 de mayo de 2016

Un poema para corregir





unidades de medida



al hombre que corrige le gustaría
conocer el número exacto de mililitros
que ha gastado cada vez que termina
un trémulo fajo de papeles luego de tachones
cruces inclinadas acentos de reposición
rulos auspiciosos y palabras sin aliento

el mundo a su alrededor se rompe
como una hoja cuadriculada el sol
no acaricia su faz ni alcanza a observar siquiera
que la lluvia ciega los cristales de su casa
pero las respuestas que él siempre atesora
son las erróneas las confusas
un museo oculto de lo deforme se construye
sobre la mesa del hombre que corrige

por lo mismo su mano prueba
una unidad de medida imperceptible
para realizar el traslado a un volumen de tiempo
en el que debió dejar una huella
una roja marca de justicia letrada
que impiadosa no sabe leer sin pensar
en el sistema métrico legal argentino


HERNÁN SCHILLAGI

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