domingo, 24 de junio de 2012

Un tanka para el regreso





libro de pases


has vuelto    dije
y no hubo amanecer
en esa tarde
de brasas sin hogar
más oscuro y más diáfano



del libro La oscuridad de los ciruelos (inédito) 


HERNÁN SCHILLAGI

4 comentarios:

Marisa Perez Alonso dijo...

Esto me sonó a amar hasta morir. "No hubo amanecer", muy fueerte. A la vez parece ser la mejor forma de morir en una tarde que se vuelve oscura y diáfana. Puedo pensar tantas cosas acerca de este poema!!
Muy bello.

Marisa Perez Alonso dijo...

Quería continuar un diálogo que viene desde antes. Yo creo que en este poema un amor que quema como brasas y que regresa, que tal vez no sea un amor de hogar o sea una pasión prohibida, pero el amor y la pasión vuelve festivo hasta el más oscuro amanecer.

Hernán Schillagi dijo...

Marisa: gracias por las "lecturas" a este poema tan breve. Un poco el tanka (y su primito, el haiku) proponen eso: unas pocas palabras dichas como las marcas que quedan al raspar un fósforo: un poco de fuerza buscando algo de luz y calor.

Anónimo dijo...

Las brasas sin hogar, una pasión que busca sin encontrar escape.