miércoles, 16 de noviembre de 2011

Duro de engañar



El domingo me rebané la punta del dedo índice de la mano izquierda. Un corte poco profundo, pero lacerante. Desde ese momento me lamenté al escribir en el teclado, al enjuarme la cabeza, sufrí para llevarle la mochila a mi hija, para subirme el cierre del pantalón, para frenar con la bicicleta. Hace días que veo estrellas de dolor en mis pequeños actos cotidianos.

Entonces se me vino a la cabeza Bruce Willis, más precisamente su personaje inoxidable de John McClane en Duro de matar. El tipo recibía trompadas, balazos en los hombros, caídas y raspones innumerables como si nada. Así, seguía firme y sin un “ayayay” que delatara su humanidad. Me sentí un pelele.

Cuando era chico y salía del cine luego de ver una del otro Bruce, Bruce Lee, en el traspaso de la oscuridad de la sala a las luces de la tarde en la calle me creía, por un instante, el mejor de los karatecas. Entonces tiraba patadas a lo loco hasta que un correctivo materno me devolvía a mis tiernos y debiluchos 7 años.

Es que las ficciones se nos inoculan como si fueran analgésicos de efecto rápido, pero que pierden eficacia a la primera zancadilla de la realidad. ¡Ay! Yo no me las vuelvo a creer nunca más.

4 comentarios:

Proyecto Maria Castaña dijo...

Por lo que contás, si bien no fue una herida profunda, fue de esas molestas porque afectan alguna zona de mucho contacto, en tu caso, tu dedito (y sí, me has conmovido y me apiado en diminutivo). Es como cuando te clavas una espinita "de nada" y cada vez que pisas... ¡¡zas!! Somos todos blandengues amigos... apagan las luces de la sala y el sol muestra nuestras pequeñas cobardias cotidians.

Hernán Schillagi dijo...

Paula: gracias por la diminutiva compasión.

Por suerte, día a día, iba doliendo menos y me iba cortando el cuerito sobrante con los dientes. Recién hoy puedo tipear(te) sin problemas.Pero la endeblez quedó y, si puedo, esta noche me veo una de acción para cobrar nuevos bríos, jaja.

sergio dijo...

Ay amigo yo también soy de los blanditos que al menor contratiempo pone el grito en el cielo. Es decir, mi valentía se destroza contra la muralla del dolor físico. Simplemente no lo resisto. No hay forma. El estoicismo no me toca por ningún lado. Igual ya sabemos que joligud construye mitos. Si no, busque la foto del gran Bruce pescando mientras junto a él su ex (cemi) le agarra la mojarrita a ashton. No hay derecho.

Hernán Schillagi dijo...

Sergio: es que eso es lo triste. Nunca pensé que fuera tan flojito ante el dolor. Me he quebrado un brazo, he sido operado de la columna y me he caído en de la bici decenas de veces; pero cuánto dolor dan esos cortes punzantes y pequeños.

Es cierto, la dureza de Bruce Willis siendo "el viejo amigo" de su ex-pareja con el chabón que se la mueve es bastante blandengue. Demi lo usará de pañuelo ahora que la largó Ashton?

Todos somos "duros de engañar" :-(