jueves, 28 de julio de 2011

Un poema para leer con un diccionario bilingüe



lengua extranjera


abre los ojos y siente entre sus labios
el crujir de una ventana antigua
el dolor de unas luces que tragan miradas
para ponerse en funcionamiento

la suma inconmensurable de lo oscuro con las estrellas
le dejó como resultado un sueño inquietante
una actividad cerebral sin rastros visibles
en la memoria pero su frecuencia cardíaca
acusa una agitación extranjera una inmigración
de dudas llegada desde lugares remotos
hasta la frontera ilegal de su cama
hasta la aduana paralela de sus piernas porque ella
saca cuentas en el aire mientras alguien respira
ajeno dormido laxo y marca el peso inesperado de los errores
como también se marcan los pliegues sobre las sábanas
y se vuelven una escritura imposible de traducir
en las primeras horas de la madrugada

7 comentarios:

La libelula dijo...

ufff. Será que estoy particularmente receptiva, que estas palabras dagas me mataron.

Marisa Perez Alonso dijo...

Hola poeta.
Una vez escuché que la mejor forma de aprender un idioma es compartir la almohada. ¡Lindo trabajito el de los profesores de lenguas extranjeras!Pero aprender el idioma de las sábanas es arduo y no siempre te ayudan las gramáticas.
Abrazos bilingües

Hernán Schillagi dijo...

Libélula: puede ser, pero las palabras-daga de este y de cualquier poema son con toda intención.

Gracias por comentar.

Hernán Schillagi dijo...

Marisa: cuánto tiempo! Sí, parece que es así la cosa: en cuentagotas.

Parece que esto es cuestión de habilidades lingüísticas. Ya la poesía es una traducción traicionera de la realidad, o todo su contrario: la visión que no queremos ver porque encandila de tanta verdad.

Un abrazo enorme.

Proyecto Maria Castaña dijo...

Dan ganas de seguir acostado, comprendiendo la simpleza de los pliegues de las sábanas, la verdad tangible de la blandura de la almohada y el terror repetido de los sueños inquietantes... todo lo vivido y repetido es preferible a las dudas acuciantes que, como si se tratara de una frontera, vienen a atravesarnos e indagarnos cada madrugada.

Hernán Schillagi dijo...

Paula: Es cierto, pero en el poema "un insolente sol como un ladrón entró por la ventana..." Y a los ojos ojos no les queda otra que ver, interpretar y traducir lo más fielmente posible.

Proyecto Maria Castaña dijo...

Es cierto, los ojos vuelven rutina de interpretación lo que podría ser sorpresa... el miedo a lo desconocido coarta nuestro espíritu de aventura, sino fuera así viviríamos menos pero más intensamente.
Creo que "los ojos" a los que te referís, usan el mismo filtro para interpretar... si tan solo nos animáramos a soplar un nuevo cristal para ver...