domingo, 19 de junio de 2011

El juego de las lágrimas


Luna llena. Salgo, porque así mi vestido es más luminoso. Tengo pies, pero los dejé una noche a la orilla del río para no olvidar el lugar donde tiré a mi hijito. Hace tiempo que no lloro. Siglos, tal vez. Como cuando me subía a los caballos y, con un abrazo de hielo, detenía para siempre el rumbo de los pecadores.

Mienten los que ahora dicen que me han visto lagrimear triste por las rutas asfaltadas. Solo me dejo atravesar por el filo de los autos y camiones hasta que, de tantas cosquillas, lloro de la risa.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Muy interesante el mini relato. Muy interesante y poètico origen para un mito popular. De a poco se va convirtiendo en un autor de leyendas. jajajaj

No sè si sabe pero el final tiene algo de unos versos de juana de ibarborou.

Hernán Schillagi dijo...

Anónimo amigo: menos mal que me dijiste queras vos, Sergio. ¿Qué pasó? ¿Otra vez se empacó el servidor de comentarios?

Los autores de leyendas siempre fueron anónimos, y los que "robamos" de ellas unos descarados. Pero me parece que el microrrelato debe dar por sobreentendido varias cosas para ser breve. es por eso que recurrir a los mitos, las leyendas o las obras conocidas nos acorta el camino.

Ya buscaré el poema de Juana de América ;-)