martes, 18 de mayo de 2010

Poema para leer a cinco metros de altura


botánica profana


cuando decidiste cruzar la calle
para treparte al tilo más alto de la plaza
una vecina se apoyó en su escoba
y chancleteó sobre la basura este pensamiento
salido de una botánica profana «el que busca
tranquilizarse con tecitos junta mierda adentro»

ahora por ese motivo un recuerdo
suspende en el aire como si fuera un colibrí
tu cosecha y si es cierto
que su corazón alado late tan rápido
que parece un zumbido tu sangre antigua
es un torrente sin freno
que te golpea con furia el pecho que se abre
hacia un niño y su desobediencia cerril
hacia los caracoles de una sopa fría hacia
todas las palabras ramificadas y unidas a una promesa

tus ojos ahora reverdecidos vuelven la mirada
hacia las terrazas ajenas la ropa tendida
que chorrea dudas los cables que parcelan las nubes
y tus pies cuelgan de una horqueta tan lejos del suelo
para decirte «vos de aquí no te bajás más»



para el barón rampante

4 comentarios:

sergio dijo...

Amigo:

Debo decir que este es, probablemente y a mi juicio, uno de sus mejores poemas. Tiene todo lo que me interesa en un poema: musica (estraña, música al fin), una idea y un conjunto de imágenes que lo llevan a uno a repensar el mundo.

En cuanto a la idea, de veras, como ya le dije por sms, su personaje (como el de calvino) es muy anarco. O sea, este negarse a formar parte, este recluirse (seguramente este no es el término) en los árboles, lo hacen muy muy reconocible y querible para todos los que nos negamos a formar parte de ciertas cosas de este mundo. Y aunque sé que no le cae en gracia, me hizo pensar un poc en un poema de Peri Rossi que hacia el final dice:

Sólo algunos locos se pierden en el mar
en una barca solitaria
sólo algunos locos escriben libros...

a lo que agregaría, sólo algunos locos se cuelgan (¿nos colgamos?)
de las ramas.

Escribir, coleccionar, vivir dijo...

¿Sabías que las hojas de tilo en otoño primero se ponen amarillas por las orillas y conservan mucho tiempo su centro de verde rebelde? Hace unas semanas lo noté y le saqué una foto a las hojitas. Un poco así es tu personaje "rampante": rebelde, libre pese a la mirada de la vieja prejuiciosa que puede ser una o cien, da lo mismo, la carga de veneno es igual. Esa señora calma su mierda interna con los saquitos de té que compró en el supermercado.

Los cables parcelan nubes... ¿y a quién se las venden, poeta? (Estupenda imagen).

Unknown dijo...

Sergio: bueno, lo de "uno de mis mejores poemas" corre por su cuenta.

Pero lo que me emociona es, por lo que Ud. dice, haber logrado una empatía, un tipo de conmoción con las palabras de este poema en un lector. Eso es suficiente (y hasta muchísimo) para el que escribe.

Si bien Peri Rossi no es santa de mi devoción, cuánta razón tiene. Para los ojos como los de la vecina de la escoba, subirse a un árbol o escribir un libro (que es lo mismo) debe ser un tipo de demencia incurable e inútil.

Lo saludo desde mi tilo que, a pesar del invierno, sus ramas crecen hacia su sauce para nada llorón.

Unknown dijo...

Paula: Sin querer entré con la vieja cuenta de "Quebrantapájaros", no creo haya sido una casualidad debido al tema del post.

Nunca llegaste a conocer mi casa anterior que estaba frente a una plaza enorme atestada de tilos cincuentenarios. Caminar bajo ese túnel en otoño para ir al almacen era un viaje increíble.

Con respecto a Cossimo, el personaje de "El barón rampante", al comienzo se sube -con 12 años- a los árboles y no se baja por capricho. Sin embargo luego, esta actitud rebelde se le vuelve constitutiva de su persona y traicionarla sería perderlo todo. Para él y para los demás.

El personaje de "Botánica profana" está ya mayorcito, pero nunca es tarde cuando, a la vuelta de la rebeldía, está lo que realmente nos hace sentir vivos.

Lo de la imagen de las "nubes parceladas" no habla muy bien de mí. ¿Qué pensaría la vecina venenosa de un treintañero que anda con la cabeza mirando al cielo?

Gracias por tus palabras.