el sauce interrumpido
un paseo por la
ruta provincial nos concedió
una certeza
plantar un sauce en el fondo de la casa
rachas de sombra
verde sobre una lengua terrosa y pétrea
así mis dedos
teclean los cinco caracteres y una pantalla
se abre cómo no
hacia las ventanas que hemos soñado
«llorón» «negro»
«eléctrico» «de babilonia» cuatrocientas especies
caen fotográficamente
sin un sustantivo colectivo veraz
que permita
nombrarlas en un solo gesto como también
en cascada caen
los poetas que se han trepado por sus ramas verbales
desde una
mesopotamia a la otra hasta llegar al dato útil
y desalentador
las raíces necesitan de un espacio que no tengo
«murió antes de
nacer» dice mi esposa
un dolor de
cabeza pues pide ser aliviado una fiebre
de encierro y
oscuridad crece en mi cuerpo
para que la
corteza del sauce sintetizada en una aspirina
me pase artificial
por la garganta y se disuelva
entre los jugos
gástricos y las dudas
HERNÁN SCHILLAGI
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