Siempre será después, Marisa Silva Schultze. Alfaguara,
Buenos Aires, 2013, 128 págs.*
Hacia qué secretos del cuerpo abren
las puertas de un espacio vacío. En Siempre
será después de la escritora, ensayista y poeta uruguaya Marisa Silva
Schultze (1956) se abren las páginas como una puerta doble: Álvaro trabaja en
una inmobiliaria y de día muestra los departamentos para luego, de noche,
convertirse en un okupa transitorio y habitarlos con sus recuerdos más salvajes
y oscuros.
La historia, por lo tanto, está estructurada
en dos tiempos. En el presente, el protagonista es interpelado por el narrador
en sus miedos, sus deseos, sus recorridos nocturnos por los distintos espacios
donde imagina escenas virtuales de una vida paralizada: “En el vacío, nada se
va oscureciendo a no ser por el aire y vos mismo. No te ves, no podés saber
cómo es ese rostro tuyo sin luz y nada puede ponerte nostálgico ni desolado ni
perdido”. Por otro lado, es el pasado el que se agita con violencia. Aquí el
narrador cambia y nos muestra desde afuera a un Álvaro siendo niño que vive
solo con su madre y a un padre que no acepta la separación. Madre e hijo son
asediados a la hora de la cena por este marido que exige, tras una puerta
cerrada, lo que cree que le pertenece por derecho masculino. Así, los insultos,
peleas y agresiones van abriendo heridas en el pequeño que, en la actualidad,
son puertas entornadas donde no hay cerradura que clausure o cicatrice tanto
dolor.
Porque, con una poesía precisa y envolvente,
Silva Schultze narra un episodio de violencia de género, además de sus
resonancias futuras en un joven que revive
permanentemente los daños, ya que la trágica historia familiar se va
colando en los umbrales del presente.
Así, los tiempos se mezclan para ser uno solo: “La bala no te mató. Solo
escuchás el estampido. Un ruido breve y brutal. Ni los platos ni los vasos ni
los tenedores están en su sitio. No están en ningún lado”. Aquí la puerta busca
cerrarse como una cicatriz, como una revelación. Aunque no siempre sea posible.
HERNÁN SCHILLAGI
*Publicado en el suplemento Escenario del Diario Uno el 20/07/2013
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